5 de mayo de 2010

El trabajo mata, el paro también


Cuando hablamos de las víctimas de los accidentes laborales o las enfermedades profesionales, generalmente, nos referimos a trabajadores y trabajadoras que han sufrido estos accidentes o contraído las enfermedades mientras estaban trabajando. Sin embargo, nadie se acuerda de las paradas y parados que, de manera invisible para los datos oficiales, ven como su salud se deteriora a causa de la falta de empleo.

Los parados y paradas, bien los que fueron trabajadores o, por el contrario, las que nunca han trabajado, pertenecen, salvo en glamurosas excepciones, a la misma clase obrera; como tal, sufren sus consecuencias y, por lo tanto, son arrastrados a la marginalidad más vulnerable e inhumana. La falta de recursos económicos, la desconfianza, la falta de respuestas por parte de los que nos gobiernan y la consecuente pérdida de autoestima, entre otros factores, provocan en la persona parada un cambio negativo en su estado de ánimo. Ésto, a su vez, se manifiesta en su cuerpo de forma patológica. La ansiedad, el estrés, la depresión, las enfermedades cardiovasculares, las alteraciones nerviosas, el alcoholismo, la drogadicción, el suicidio, la desnutrición (dependiendo del caso)…son algunas de las consecuencias directas del desempleo.

¿Y de quién es la culpa de todo esto? El responsable de que haya paro es, en primer lugar, el sistema capitalista, incapaz de crear empleo y de garantizar un estado de bienestar. Las falsas promesas y la inexistente autocrítica hacen a este sistema todavía más hipócrita y cruel. Los otros culpables son todos aquellos que actuan como engranajes del sistema capitalista: banqueros, políticos, empresarios. Todas estas personas anteponen sus propios intereses millonarios a las necesidades básicas de la clase trabajadora. En este mundo injusto, si no trabajamos no podemos satifaces tales necesidades. Una persona sin trabajo no cobra; sin dinero no come y sin comida, enferma o se muere y, en ocasiones, roba y es encarcelada.

Por todo esto reivindico que sean reconocidas las enfermedades profesionales provocadas por la crisis y que las cifras sean visibles y transparentes.

PARADOS/AS Y TRABAJADORAS/OS, OBRERO/AS TODAS,
LUCHEMOS JUNTAS CONTRA EL CAPITAL!!



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